Fraude. Vendido.

Estafador.


Estos son algunos comentarios que he recibido de personas que sabían que escribía por dinero.

Y quiero decir, en parte los entiendo.

Hace unos años yo tampoco me hubiese creído que alguien era capaz de generar millones de euros escribiendo.

Mi idea por aquel entonces era clara:

Con más de 3000 estímulos publicitarios al día, el caballo ganador siempre era el que más dinero ponía en publicidad o el que más barato se vendía.

Pero esto no es así, no fue así y nunca lo será.

Las personas no vemos el valor en el precio o la visibilidad, sino en la imagen que formamos en nuestra cabeza.

Y eso se consigue proyectar con copywriting de alto nivel, pero también se vuelve un gran problema.

Uno que te afecta a ti.

Y es que cuando un usuario medio entra a una página buscando un servicio de copywriting se encuentra con cosas como:

“Somos profesionales con milenios de experiencia y chorrocientos clientes satisfechos.”

“Transformamos tu mensaje para que te adoren tus seguidores de La Pampa.”

“Insultamos cojonudamente a los imbéciles de tus putos compradores porque no sabemos hacer otra jodida cosa.”

“Me fascina decirte que me fascina escribir cuando realmente me fascina tu cartera.”

O lo que es lo mismo: Ruido, ruido y más ruido.

Al final, si te das cuenta, una persona que busca aumentar sus ventas y valora lo profesional acaba eligiendo por descarte.

Contratar a alguien se vuelve casarse con la menos fea, y eso termina en una relación conformista y unos miles de euros perdidos por tu parte.

Por eso es normal que me tachen de tirano si digo que soy copywriter. (Quiero decir, mira cómo está el patio.)

Pero todo esto no sería importante si no fuera por esta pregunta:

¿Realmente vale la pena contratar un copywriter?

Sí, siempre y cuando el copywriter sea bueno.

Hay gente que contrata al primero que aparece en Google, precisamente porque no saben qué diferencia a los buenos de los malos.

Lo peor es que, igual que con todo, cada uno te contará su película y te dirá por qué es el mejor.

Yo te lo digo más claro: un copywriter bueno hace que la gente lea y compre. En ese orden.

Si tú estás leyendo esto y tienes ganas de comprar mis servicios, estoy haciendo bien mi trabajo.

Si no, posiblemente otro profesional funcione mucho mejor con tu estilo de negocio. Es así de simple.

¿Todo más claro?

De acuerdo.

Supongamos que me quieres contratar

Si lees esta parte de la página de ventas es porque estás interesado en contratar mis servicios.

Por experiencia te diré que la gente suele rajarse al llegar hasta aquí, ya que pongo condiciones a los clientes con los que trabajo.

Esto es algo personal y considero que todo profesional debería hacerlo, pero no quedará aquel que me insulte por ello.

Está bien, estos servicios no son para todos.

Pero si quieres trabajar conmigo estas son las condiciones:

La primera condición es que tu negocio ya esté facturando.

Aunque mis servicios de redacción incluyen asesoría, no soy un gurú ni hago magia.

Un negocio sin una estrategia funcionando es un proyecto que no tomaré. Así yo me ahorro el esfuerzo y tú inviertes el dinero en otra cosa.

La segunda condición es que respetes el proceso y no cambies mi contenido.

Cuando me dedico a un proyecto vuelco todo mi conocimiento en conocer a tu cliente ideal, su punto de dolor y cómo asociarlo a lo que vendes.

Eso significa que no admito cambios en el texto y no admito revisiones. Una vez que recibas mi parte eres libre de hacer lo que se te cante.

Mientras tanto te pido que me dejes trabajar seriamente.

(Además, si veo que la estás cagando en cierto aspecto te lo diré y te diré cómo puedes mejorarlo.)

La tercera condición es que no pretendo mostrar mi portfolio.

Y te explico por qué:

Un día me fijé en un copywriter.

Era un copywriter bastante malo. Su página de ventas tenía más purpurina que palabras y te calculaba el precio de las comisiones con un cuestionario automático. Un horror.

Otro día me fijé en otro copywriter.

Me gustaba su rollo y lo que estaba escribiendo. Tenía claro su contenido, su público y el punto de dolor de su audiencia.

Otro otro día visité los testimonios del copywriter malo.

El copywriter bueno salía como cliente diciendo lo bien que trabajaba el malo. Automáticamente les perdí el respeto a los dos.

Desde ese día decidí que nunca mostraría a nadie los proyectos que me he echado a la espalda.

Ya sean diez, cien, mil o millones, los secretos de mi cliente se quedan conmigo.

Además, ver mis otros trabajos no te dice nada de cómo van a impactar mis servicios a tu negocio, para bien o para mal.

¿Todo más más claro?

Mira abajo.

Una última cosa y me hablas

Aquí abajo tienes el formulario para que rellenes tu solicitud. El formulario te pide que rellenes cuatro cosas importantes.

Cuando lo envíes me llegará una notificación como si me hubieras mandado un correo.

Ese será nuestro medio de comunicación y más adelante agendaremos una llamada.

Pero antes de eso te pido paciencia.

Ahora mismo tengo una carga de trabajo interesante y recibo gran cantidad de peticiones desde la web.

Lo que significa que intentaré responderte lo antes posible, pero no prometo que sea el mismo día que envías esto (ni el siguiente).

Dicho esto, si quieres que hablemos para que escriba páginas de aterrizaje, páginas de venta, emails o asesore tu web, introduce los siguientes datos en este formulario:

Un abrazo y pasa un gran día.