Bueno y breve, dos veces bueno
Fíjate bien que esto no lo repito.
En este mundillo del copywriting es muy normal ver ofertas por palabras.
Ya sabes:
“Página de ventas, 1000 palabras: 1500 euros”
El copywriter cobra por la cantidad de palabras que pone y tú, como consumidor, estás agustísimo. Porque una persona ha dedicado mucho tiempo a rellenar la basura que le has pedido que escriba.
Da igual que lo que haya escrito sea malo. Da igual que pudiera haber escrito la misma página en 500 palabras.
Tú has pagado por 1000 y se te ponen 1000.
Y si no, que se las invente, que para eso le pago.
Esa es, ole tú. Ole todos tus cojones.
Eres el mejor.
Acabas de elegir la mejor manera de tirar 1500 euros a la basura.
Y es que…
(ay señor, a estas alturas)
A ver:
Cuando un redactor profesional te cobra por horas, o acaba de empezar, o no ha hecho un trabajo en su vida.
Para estas cosas, si vas a contratar, contratas por conocimientos, y si esos conocimientos se traducen en un anuncio de 5 palabras, pues mejor.
Y es que lo bueno y breve, dos veces bueno.
(En casi todos los ámbitos, no le digas esto mismo a tu mujer)
Pero, por algún motivo, esto no se entiende.
No sé por qué, pero ver al otro reventándose la cabeza y sufriendo por rellenar palabras nos parece mejor que un trabajo hecho en 30 minutos.
Nos mata por dentro si no es así, nos jode millones.
Y esa no es la mentalidad, y claramente eso no es copywriting.
Yo llevo 2 años escribiendo cartas de ventas, correos y páginas de captación, y te puedo decir que las que mejor funcionan son las que menos palabras llevan.
¿Por qué?
Pues porque hacer algo complejo es de gente inteligente, pero hacer eso mismo de manera sencilla es de genios.
Y yo, no soy un genio.
Pero llevo tanto en esto que puedo ver donde está la genialidad:
En los textos, en las historias, en el punto de dolor de tu cliente objetivo.
Solo eso y todo eso.
Dentro de mis servicios.
¿De copywriting?
Sí, aquí: