Cómo vender desde la pérdida
Dicen que las personas estamos más dispuestas a hacer algo si tenemos miedo de lo que pasaría si no lo hiciéramos.
Yo coincido con esto, pero también quiero que veas cómo se aplica a la venta.
Fíjate bien:
Existe una campaña publicitaria de productos de belleza que está tomando una estrategia sobre esto.
Venden desde la pérdida y de lo que te pierdes por no comprarlos a ellos.
Además de eso, en su último anuncio (hecho por una agencia de publicidad que respeto bastante) le dieron otra vuelta de tuerca, y pusieron este titular:
“Si quieres pagar menos por más, elige nuestra competencia”
Y desde ahí, se dedicaban a enumerar chorrocientos productos químicos que tenían los productos de su competencia.
Al final de todo decía: “Estos son algunos de los ingredientes que NO llevan nuestros productos y que encontrarás en muchas otras marcas”
Y chinpún.
¿No te parece bonito?
Hoy en día tenemos la capacidad de vender productos de belleza desde el miedo a que se te llene el pelo de productos químicos.
A que te empiece a picar la cabeza en cuanto te pones un rato al sol.
A que te eches eso recién tintado y se te caiga el pelo a trozos.
La industria se ha dedicado a dar tantos beneficios y cosas maravillosas que se permite vender desde el miedo a lo contrario.
Y lo mejor de todo es que funciona.
Así que mira para tus adentros un momento:
Cuando llegues a esta línea quiero que pienses en tu nicho y tu negocio, y cómo el dolor de perder algo puede ser una ventaja para ti.
Vendas violines, tornillos, cursos de yoga o alargadores de pene.
Busca el punto de dolor y aprieta con la pérdida y el miedo, mucho más que con el placer de obtenerlo.
Incluso para algo que parezca imposible de aplicar (como unas vacaciones en Bali), tú aprieta.
Y de paso escríbelo. Pero escríbelo de verdad.
No sé cuántas veces habré visto a negocios perdiendo el tiempo y el dinero por no escribir las palabras correctas.
Por no saber proyectar la necesidad del cliente en sus textos.
Miles de euros perdidos, no es broma.
Así que escríbelo y aprieta.
Y si no sabes o prefieres que alguien lo haga por ti: