Provocar desde el colegio como forma de venta (LECCIÓN DENTRO)
Fíjate.
Yo creo que desde pequeño he tenido una habilidad innata para tocar los cojones.
No sé por qué, no creo que fuera un chaval especialmente problemático.
Pero muchos profesores no me soportaban.
Y esto te interesa por lo siguiente:
En el instituto tenía un profesor de música e inglés que tenía muchos tics en el cuello.
(Vamos a llamarlo Carlos porque llamarlo cabronazo es de mal gusto a estas horas de la mañana.)
Carlos se encargaba de que tocáramos la flauta y que aprendiéramos inglés como a él le salía de las narices.
Como es normal, no nos caía bien Carlos.
Sobretodo porque era un tío raro de cojones que no soportaba a los niños, así que nos mandaba trabajos para tenernos callados.
Uno de ellos era sobre artistas, y a Carlos no le gustaban los raperos.
A mí sí, así que en cuanto pude elegí al rapero más insultante de todos.
Esto claramente afectó a Carlos al nivel de tenerme todos los días atravesao.
Pero a mi me daba igual, yo quería enseñarle un poco de copywriting al cabronazo de la flauta.
Pues mira:
Carlos me tuvo hasta el último día de clases sin dejarme hacer la presentación.
Me mandaba correos, me denegaba días para presentar, me cambiaba la presentación…
De manera muy clara este tío me quería hacer la vida imposible, y gastaba una energía tremenda al hacerlo.
Y claro, mi yo de 14 años estaba hasta la polla.
Pero mi yo de ahora se pregunta:
¿Qué puedo hacer yo para generar eso en la gente?
Y es que piensa cuánta energía y atención ha dedicado esa persona a quitarse una sensación negativa de un niñato que quería hacer una presentación en clase.
“Cuántas horas he estado en la cabeza de ese hombre.”
Ese pensamiento me fascinó, y desde entonces lo he aplicado estos años a mi negocio de copywriting.
Porque la atención es lo único valioso estos días.
Sin atención no podemos hacernos notar, tener amigos, buscar novia, conseguir ese empleo o vender nuestro producto.
No se puede sin más, la gente tiene que fijarse en nosotros.
Y para eso hace falta copywriting.
Desde el nacimiento y hasta que nos morimos.
Y que puedes contratar ahora, aquí: