Tres (3) maneras de que te compren a ti y no a tu prima

Fíjate bien que esto no lo repito:

Hace dos años, empecé a trabajar de copywriter para páginas inglesas.

Esto es algo de lo que seguramente hablaré en un tiempo, porque hay mucho de los americanos de lo que deberíamos aprender.

Pero eso no es lo importante, lo importante es que, para aquél entonces, yo trabajaba gratis.

No sabía nada de escribir. Nada de persuadir. Mucho menos de vender.

Así que escribía mis textos a cambio de que me corrigieran y ver qué pasaba en el mercado.

En uno de estos casos viví una situación extraña:

En una reunión, uno de los encargados de marketing, presentó la idea de contratar a un diseñador gráfico que cobraba la mitad y cuyo trabajo era mucho mejor.

Se puso a mostrar todo el portfolio del chaval, y la verdad que todo bien.

Sin embargo, el director le dio una negativa.

¿Su respuesta?

Y puntos suspensivos...

Claro, mi yo inexperto no sabía por qué lo rechazaba.

Mejor trabajo. Mitad de precio.

¿Por qué narices no hacerlo?

Pero luego entendí que, para que alguien te compre, tienen que pasar tres cosas:

• 1. Que te conozca.
• 2. Que le caigas bien.
• 3. Que te respete.

Y sí, igual Pete lo hacía peor (o diferente) y cobraba el doble que el otro.

Pero ese hombre no cobraba por lo técnico o lo moderno que era, sino por lo que transmitía.

Sin duda, es una lección que podría aplicarse más de uno.

Y es que, en tu negocio, en tus historias, en las palabras que usas para persuadir… estos tres aspectos están muy presentes.

Y es necesario proyectarlos para que un random de Internet decida contratarte a ti y no a otro.

Vamos, lo que llega a ser copywriting de toda la vida:

Los que saben del tema ganan sustancialmente mucho más que los que no.

Y todo gracias a escribir como se debe, y hacerlo todos los días.

Durante años. Hasta que salga.

Y si no sale: